-EL DOLOR ES INEVITABLE, EL SUFRIMEINTO OPCIONAL-.

Cuántas veces hemos oído y escuchado hablar a muchas personas sobre esta frase y ponerla como ejemplo de superación en redes sociales, pero sabemos realmente qué significa.

El dolor tiene como primera definición la sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior y el sufrimiento sería la reacción que tenemos frente al dolor que sentimos.

Cuando hay sufrimiento puede o no haber dolor, por lo que el sufrimiento podría definirse como una reacción psicológica ante un evento considerado como negativo. El sufrimiento es la interpretación que le damos al dolor y por ello es opcional. 

El dolor visto desde la psicología:

El dolor es un sentimiento más directo de aquello que nos ha ocurrido. Y el sufrimiento surge a la hora de asumir que algo nos hace daño. Algo nos puede doler emocionalmente, pero tenemos por un lado el camino de seguir adelante, aceptar la situación y aunque nos duela, continuar nuestra vida, o por el contrario tenemos el camino en el que nos atascaremos y nos sumergimos en ese dolor. Es en este momento cuando empezará nuestro sufrimiento.

Esta situación depende de las personas. Algunas se sienten abrumadas ante las distintas situaciones y padecen altos niveles de sufrimiento y otras, poseen mayor capacidad para soportar los eventos más dolorosos. 

Estas diferencias tienen su origen en la personalidad de cada uno y asimismo tiene factores culturales, sociales y religiosos. El sufrimiento depende del contexto.

En psicología, las terapias más actuales tratan sobre la actuación del dolor en los momentos iniciales y trabajan las distintas formas de dejar ir ese dolor de modo que no se convierta en un sufrimiento innecesario alargado en el tiempo. 

Estas terapias se basan pues, en distinguir el dolor y el sufrimiento y en tratarlos de forma y manera completamente distinta y enfocar el tratamiento en diferentes líneas en función de sí el paciente padece dolor o sufrimiento.

Diferenciar entre dolor y sufrimiento desde el punto de vista profesional es de suma importancia. Debemos entender que, tras el fallecimiento de un ser querido, un divorcio, un despido...es normal sentir dolor, dolor emocional. Es sano y hasta razonable.

La patología comenzaría cuando la persona se ve incapaz de sentir otra emoción que no sea la tristeza, a no ser que sean emociones negativas como la culpa o el enfado. Es decir, el problema empezaría cuando hay sufrimiento, sobre todo si este sufrimiento continua tras los momentos iniciales del evento negativo que ha vivido la persona.

Se debe normalizar sentir emociones negativas, nos ayudan, nos avisan de que algo no va bien. Sin embargo, cuando estas emociones se prolongan en el tiempo y se vuelven muy intensas, se vuelven poco útiles y necesarias para nuestra vida diaria y cotidiana.