-HACERSE LA VÍCTIMA-. ¿CÓMO DEJAR DE HACERLO?-.

El significado de víctima es la persona que padece daño por culpa ajena o por causa fortuita y hacerse la víctima sería "quejarse excesivamente buscando la compasión de los demás".

Pero porqué hay gente que le guste hacerse la víctima. El victimismo es la actitud o capacidad que tienen las personas para hacerse la víctima delante de los demás y obtener algunos beneficios que pueden ser dañinos tanto para él como las personas que están a su alrededor.

El victimismo en psicología señala a aquellas personas que tienen un rasgo de personalidad en la cual una persona tiende a reconocerse la víctima ante las acciones negativas de los demás. Tratan de evitar ciertas situaciones. Una personalidad victimista puede evitar salir de su zona de confort, ya que no quiere tomar decisiones difíciles o hacer aquello que necesita para mejorar su vida. No es que nos guste hacerse la víctima, sino que es la forma en la que hemos aprendido a comportarnos. 

Cuando las personas actuamos con actitud victimista es por los siguientes motivos:

• Sensación de indefensión. Nos sentimos indefensos, vulnerables o sobrepasados por la situación o personas que nos rodean. 
• Dificultad. Asumir que algo nos supera es asumir nuestra vulnerabilidad.
• Presión social. Nos educan con la creencia de la fortaleza y del esfuerzo constante.
• Falta de educación emocional. No nos enseñan a convivir con las emociones que nos provocan desagrado o nos crean ansiedad, esto hace que creemos modelos de evitación ante situaciones que no sabemos afrontar y la angustia que nos produce fracasar. 
• Inseguridad. Aquí un fracaso no tendría cabida, ya que habría que asumir que no hemos podido. Esta situación para una persona que se hace la víctima sería insostenible y echaría la culpa a otra, eludiendo sus responsabilidades. 

Los signos de una persona victimista son los siguientes:

• Quiere llamar la atención. Busca despertar pena en los demás.
• No asume sus responsabilidades. Evita su papel en el conflicto.
• Acusa a otros de sus desgracias. No ven objetivamente la situación.
• Quejas constantes. Exagera lo que le duele y molesta . Dice hacer todo lo posible por cambiar las cosas pero la realidad nos indica que no es así.
• No quiere una solución. Están muy cómodas en su papel de víctimas.
• Rencor. El rencor y la incapacidad de perdonar van de la mano. No suelen perdonar a los de su alrededor. 
• Falta de asertividad. No reconoce el trabajo de los demás. Enfoca la negatividad en los demás.
• Falta de confianza. Terminan por no confiar en nadie de su alrededor.
• Pesimistas y negativos. Todo lo negativo está fuera de su control y recurren a un victimismo crónico. 

La persona que se hace la víctima ni siquiera es consciente de lo que está haciendo.

Pero ¿ cómo dejar de hacerse la víctima?

• Analízate. No pongas la responsabilidad en el otro.
• Analiza el entorno para ver si puedes cambiar de actitud.
• Responsabilízate. Sé responsable de tus acciones.
• Empodérate. Cualquier comportamiento se ha de resolver en el presente. Debemos acabar siendo personas libres.
• Pide ayuda profesional. Inicia una terapia de crecimiento emocional. 
• Conócete. Pregúntate quién soy, qué debo mejorar...
• Racionaliza el negativismo. Haz un análisis objetivo de la realidad que te rodea.
• Toma el control de la situación. Ten la responsabilidad de asumir hechos.
• Detener todas las quejas. Deja que las situaciones fluyan sin hacer un juicio de valor.
• Acepta la crítica como algo normal en tu vida. 
• Identifica y desafía tus creencias.
• Adopta una postura de gratitud y positividad.

La persona que se refugia en su victimismo, tarde o temprano tiene que darse cuenta que tiene que coger las riendas de su vida y no culpabilizar a los demás de ello y asumir tareas y responsabilidades como un ser adulto que es y obrar en consecuencia.