RESILIENCIA
A veces la vida nos pone a prueba, nos plantea situaciones que superan nuestras capacidades: una enfermedad, una ruptura muy dolorosa de pareja, la muerte de un ser querido, el fracaso de un sueño anhelado, problemas económicos.
Existen múltiples causas que nos pueden llevar al límite y cuestionarnos si tenemos la fuerza y voluntad precisas para poder continuar. Tenemos dos opciones, o dejarnos vencer y fracasar o sobreponernos y salir fortalecidos.
El significado de resiliencia, es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límites y poder sobreponerse a ellas.
La resiliencia implica restructurar nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias y nuestras propias necesidades. Estas personas no sólo son capaces de sobreponerse a las adversidades que les ha tocado vivir, sino que van un paso más allá y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial.
Para ellos/as no existe una vida dura, sino momentos difíciles. Se trata de una manera diferente y optimista de ver el mundo, ya que son conscientes de que después de la tormenta llega la calma. En muchas ocasiones este tipo de personas nos sorprenden por su buen humor.
El primer autor que empleó este término fue John Bowlby, el creador de la teoría del apego, pero fue Boris C, psiquiatra, neurólogo, psicoanalista y etólogo, el que dio a conocer el concepto de resiliencia en psicología en su libro "los patitos feos".
La resiliencia no es una cualidad innata, no está impresa en nuestros genes, es algo que todos/as podemos desarrollar a lo largo de nuestras vidas.
Hay personas que lo son porque han tenido en sus progenitores o en alguien cercano un modelo a seguir, mientras que otras han encontrado el camino por sí solas. Esto quiere decir que todas las personas podemos ser resilientes, siempre y cuando cambiemos algunos de nuestros hábitos y creencias.
Las personas resilientes no nacen, se hacen, lo que significa que han tenido que luchar contra situaciones adversas o que han fracasado varias veces en sus proyectos y no se han dado por vencidos. Al encontrarse al borde del abismo, han dado lo mejor de sí y han desarrollado las habilidades necesarias para enfrentarse a los retos que la vida les tenía preparados.
Las personas resilientes practican estos 12 hábitos:
- Son conscientes de sus potencialidades y limitaciones. El autoconocimiento es un arma muy poderosa para enfrentar las adversidades y los retos y saben usarla a su favor. Saben cuales son sus principales fortalezas y habilidades, así como sus limitaciones y defectos. Así es como pueden trazar metas en sus vidas más objetivas que no sólo tienen en cuenta sus necesidades y sueños, sino también sus recursos de los que disponen para conseguirlas.
- Son personas creativas. No se limitan a intentar recomponer el espejo roto, es totalmente consciente de que ya no volverá a ser la misma persona de antes. Transformará su experiencia dolorosa en algo útil.
- Confían en sus capacidades. Al ser conscientes de sus potencialidades y limitaciones, confían en lo que son capaces de hacer. Si algo les caracteriza es que no pierden de vista sus objetivos y sienten seguridad plena en lo que van a hacer. Creen en el trabajo en equipo y saben cuando es preciso pedir ayuda y no encerrarse en sí mismos/as.
- Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender. A lo largo de nuestras vidas enfrentamos muchas situaciones dolorosas que desmotivan, pero las personas con un alto nivel de resiliencia son capaces de ver más allá de esos momentos y no desisten de sus objetivos. Asumen la crisis como una oportunidad para generar un cambio, para aprender y crecer. Saben que esta mala situación no durará siempre y que su futuro dependerá de la manera en que reaccionen. Cuando se enfrentan a una adversidad se preguntan: ¿ Qué puedo aprender yo de todo esto?
- Practican el mindfulness o conciencia plena. Aún sin ser conscientes de esta práctica, poseen el hábito de estar muy presentes, de vivir en el aquí y en el ahora y que poseen una gran capacidad de aceptación. Para ellos/as el pasado forma parte del ayer y el futuro no les preocupa. Son capaces de aceptar las experiencias tal y como se presentan y sacar partido de ellas. Disfrutan de los detalles y no pierden su capacidad de asombro ante la vida.
- Ven la vida con objetividad, pero siempre a través de un prisma optimista. Son personas muy objetivas, saben cuales son sus cualidades, los recurso que tienen a su alcance y sus metas. Se esfuerzan en centrarse en los aspectos positivos y disfrutan con los retos. Desarrollan un realismo realista llamado "optimalismo" y están convencidas de que por muy oscuro que se presente el día, el amanecer siguiente puede ser mejor.
- Se rodean de personas que tienen una actitud positiva. Saben cultivar sus amistades que son muy positivas y evitan las relaciones tóxicas. Así logran crear una sólida red de apoyo que les puede sostener en los momentos más difíciles.
- No intentan controlar las situaciones sino sus emociones. Una de las principales fuente de tensiones y estrés es el deseo de querer controlar todo en nuestras vidas. Estas personas saben que es imposible controlar todas las situaciones, han aprendido a lidiar con la incertidumbre y se sienten cómodos aunque no tengan el control. Se centran en cambiar sus emociones, cuando no pueden cambiar la realidad.
- Son flexibles ante los cambios. Tienen la suficiente flexibilidad como para adaptar sus planes y cambiar sus metas cuando sea preciso. No se cierran al cambio y están dispuestas a valorar distintas alternativas.
- Son tenaces en sus propósitos. El hecho de que sean flexibles no implica que renuncien a sus metas, sino que destacan por su perseverancia y su capacidad de lucha. No luchan contra molinos de viento, sin que fluyen en la corriente. Luchan por lo que se proponen.
- Afrontan la adversidad con humor. Una de sus características es el sentido del humor, son capaces de reírse de la adversidad. La risa es su mejor aliada, ya que les permite enfocarse en los aspectos positivos de las situaciones.
- Buscan ayuda de los demás y el apoyo social. Cuando pasan por un proceso traumático su primer objetivo es superarlo, por eso son conscientes de la importancia del apoyo social y no dudan en buscar la ayuda de un buen profesional cuando lo necesitan.
Muy interesante artículo cuyo término desconocía y es de una aplicación recurrente. Me ha servido de apoyo, para corregir el modo de enfrentar problemas cotidianos
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