UNA SONRISA, UNA PALOMA...
EL
VALOR DE UNA SONRISA UNA
SONRISA NO CUESTA NADA UNA SONRISA, UNA PALOMA... Corría el año 2119, El Sol apenas se ponía en todo el día debido a los rayos ultravioleta que había generado la cruel guerra durante varios lustros. En uno de esos refugios se encontraba un niño de 9 años, llamado Adán, que jugaba por los pasillos del refugio, siempre corriendo de un lado para otro. Un buen día, nuestro amigo Adán encontró aposado en una de las ventanas del refugio subterráneo un extraño animalito que él nunca había visto pues había crecido dentro del refugio y como a todo niño le atrajo la curiosidad de saber que era aquello que había visto posado en una de los grandes ventanales que poseía el refugio, abrió la ventana y el animalito se le aposó en el hombro. Adán, fue corriendo a la gran biblioteca que había en el sótano a investigar sobre lo que acababa de ver. Cogió un diccionario y guiándose por el dibujo al instante observó de qué animal se trataba. Era una paloma blanca, limpia, con ojos muy transparentes. Leyó la definición de paloma en el diccionario: “ Nombre de diversas aves columbiformes de la familia colúmbidos, que se caracterizan por su tronco corto y grueso, pico largo y débil, alas largas y puntiagudas, tarsos cortos y dedos sin membrana interdigital. Presentan una distribución cosmopolita. La paloma bravía ( Columba livia ) ha sido domesticada desde antiguo, y hoy existen un gran número de razas que se diferencian por el tamaño o el color, como la calzada, la de moño o moñuda, la de toca o monjil, la mensajera y portadora de la paz”. El niño no entendió nada de la definición que había leído en el diccionario y decidió ir con la paloma a consultarlo con el Gran Mago y Sabio que había en el Refugio: el Viejo Saurom. ¡Gran Mago, Gran Saurom! Gritó el niño. Uno de los vigilantes de pasillo que vió al niño le dijo: No puedes molestarle está reunido. Pero es muy importante- dijo el niño. Tengo que verlo ahora mismo. El Viejo Saurom que oyó los gritos del niño salió inmediatamente de su despacho y dijo: ¿ Qué es lo que pasa aquí? Señor, le dijo el vigilante, es el niño Adán que quiere verle.
Adelante, que pase. El niño pasó con la paloma encima de su hombro izquierdo. El venerable y anciano Mago se quedó perplejo al ver al niño con una paloma aposada en su hombro. Pasa y toma asiento, pequeño Adán. ¿ Que traes contigo?... ¿Dónde has encontrado esa paloma?- le dijo el Mago. Estaba aposada en una de las ventanas del refugio-Gran Mago. Pero no sé que es exactamente, quería que usted me lo explicara-Gran Mago. El Viejo Sabio con una mirada de tristeza le dijo al niño: Te voy a contar una vieja historia que me sucedió hace ya muchos lustros. Y el Gran Mago empezó a narrarle la siguiente historia: “ Era el año de Gracia de Mi hijo, Charles, que entonces tendría tu edad, una luminosa mañana, salió a pasear con su mamá, mi esposa Amanda. Cuando al pasar cerca del río, vieron una paloma herida, mi hijo Charles que era un amante de los animales enseguida la cogió entre sus brazos y se la llevó a casa para curarla. La paloma, agradecida por salvarle la vida, jugaba con él todos los días, y se hicieron grandes amigos. Un buen día unos cazadores furtivos que atemorizaban a toda la zona salieron de caza, cuando de repente se oyeron disparos. Al instante, vi como mi mujer, Amanda, y mi hijo Charles yacían en el suelo a consecuencia de los disparos de los cazadores. Mi hijo Charles antes de morir pronunció sus últimas palabras: “Papá, cuida de la paloma”. Cuidaré de ella, le dije. Te lo prometo. Y Charles, cerró los ojos para siempre. Yo mismo los enterré en el bosque junto a las grandes colinas en las que vivíamos. En el pueblo, supuso una gran tragedia, y se establecieron tres días de luto en honor a las víctimas. La paloma todos los días se aposaba junto al ataúd de mi hijo Charles. Yo cuidaba de la paloma tal como se lo había prometido a mi hijo. Le daba de comer, paseábamos juntos por el bosque, íbamos a ver a mi esposa y a mi hijo todos los días.
Nos hicimos inseparables. ( Autor: eltrovadordealmas.com). |
UNA SONRISA ALIVIA |
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