LA AGRESIVIDAD HUMANA-






La agresividad es una tendencia a actuar o a responder de forma violenta. El término se encuentra relacionado con el concepto de acometividad, que es la propensión a acometer, atacar y embestir. También se utiliza la palabra para referirse al brío, la pujanza y la decisión para emprender algo y enfrentarse sus dificultades.

La agresividad es un concepto que tiene su origen en la biología, una ciencia que lo ha vinculado al instinto sexual y al sentido de territorialidad. De todos modos, la psicología también se ha encargado de ello.

Podría decirse que la agresividad es un conjunto de patrones de actividad que pueden manifestarse con intensidad variable, desde las expresiones verbales y gestuales hasta la agresión física. El lenguaje cotidiano asocia la agresividad con la falta de respeto, la ofensa o la provocación.

En concreto a nivel general podemos establecer que existen 4 tipos de agresividad. La primera de ellas es la llamada verbal, que es la que tiene como principal seña de identidad el hecho de que se basa en que un individuo en cuestión realiza insultos a otra persona.

En segundo lugar nos encontramos con la agresividad facial, que es la que se manifiesta a través de gestos con la cara.

La tercera es la agresividad física que se traduce en lo que son patadas, arañazos y todo tipo de golpes tanto a personas como a elementos que se encuentren a su alrededor.

Y finalmente está la cuarta, la llamada agresividad indirecta que es la que se produce sobre objetos de la persona que se encuentra afectada.

Existen dos tipos de agresividad:

La activa y la pasiva.

La agresividad activa se ejecuta a través de una conducta violenta y directa; la agresividad pasiva, en cambio, se ejercita mediante una forma de sabotaje o chantaje.

Los especialistas también hablan de la agresividad secuencial, que aparece cuando una persona primero se comporta de forma tranquila y parece renunciar a sus derechos, pero después muestra un comportamiento agresivo cuando advierte que no consigue los resultados que esperaba.

Asimismo, la agresividad puede originarse por factores internos o externos a la persona. Por ejemplo, la adicción a las drogas es una causa de agresividad. 

Los cambios emocionales ( incluimos la neurosis y la depresión) también aparecen como generadores de comportamientos agresivos.

En los últimos años ha experimentado un importante crecimiento de la agresividad en la población juvenil. Este dato es tal, que un relevante sector de los jóvenes maltrata a sus padres y muestra violencia en las aulas tanto con sus profesores como sus compañeros/as. La falta de comunicación, los cambios hacia la madurez el contacto con todo tipo de drogas o las malas compañías son algunas de las causas que origina la agresividad.

















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