CYBERBULLYNG: DEFINICIÓN Y PREVENCIÓN
El término Ciber-bullyng ha invadido periódicos, noticias en internet, televisiones y reuniones de padres y profesores en los centros educativos , y no es causalidad, sino un grave problema de acoso social que afecta a niños y jóvenes en el mundo entero. Pero ¿ sabemos realmente en qué consiste el ciberacoso ? ¿ Y qué podemos hacer dentro y fuera de las escuelas?.
El ciber-acoso es el uso de medios digitales ( smartphones, internet o videojuegos online...) con la intención de acosar psicológicamente a terceras personas. Sin embargo, para tratarse de ciber-acoso, debemos tener en cuenta que el acoso o bullyng se da entre iguales: jóvenes, niños, adolescentes... el agresor y la víctima del acoso tendrán la misma edad y compartirán un contexto social.
No se trata de acoso o abuso sexual, ni intervendrán en el ciber-acoso personas adultas, pues, en este caso, estaríamos hablando de otro tipo de delito.
El ciber-acoso es el acoso entre iguales en el entorno del TIC, e incluye actuaciones de chantaje, vejaciones e insultos de niños/as a otros niños/as.
La mayoría de los casos de ciber-acoso tienen tres rasgos comunes que agravan este acoso en redes sociales, chats, correos electrónicos o videojuegos: anonimato, falta de percepción del daño causado y roles imaginarios en digital. Es posible asimismo que muchos acosadores/as no sólo hostiguen a las víctimas en un contexto social( el instituto donde estudian, el barrio donde viven, el trabajo que comparten) sino que se extienda ese acoso hacia el espacio digital.
El caso contrario, es decir, el paso del ciber-acoso al bullyng, se han detectado casos, aunque en menor medida.
¿Pero de dónde surge ese hostigamiento que el agresor ejerce contra la víctima?. Hoy. la psicología entiende al acosador como un depredador moral cuyo objetivo nace de la presencia de profundos sentimientos de inadecuación personal y profesional en el inconsciente-lo que conocemos como complejo de inferioridad. En lugar de aumentar su propia autoestima, el acosador reacciona ante cualquier persona o situación que pueda recordarle que él está mal, ridiculizando, humillando o criticando a sus víctimas. Aunque esta definición podría servirnos para el acoso en las escuelas, agregar las TIC supone varios contratiempos que aumentan aún más la gravedad del ciber-acoso. Y son los siguientes:
- El anonimato o posible anonimato. Ofrece una situación de ventaja estratégica al acosador y una mayor indefensión a las víctimas, sobre todo cuando se dan graves casos de chantaje o sexting.
- La falta de una percepción directa del daño puede generar un ciber-acoso mucho más agresivo y violento psicológicamente, en el que, además, la empatía del acosador se vuelve inexistente por la in-visibilización de la otra persona en internet.
- La posible adopción de roles imaginarios en la red también puede fortalecer el poder del acosador y medrar la autoestima de la víctima.
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