CUANDO TE ACEPTAS






Cuando una persona no se acepta a si mismo es muy difícil que los demás le acepten, y esto puede reforzar aún más su situación.

Las personas que no se sienten aceptadas en su grupo de iguales o en otros son más propensos a comportarse de manera disruptiva o a tener hábitos poco recomendables, como adicciones o recurrir al consumo de sustancias.

Por eso es fundamental trabajar la aceptación de uno mismo, comprenderse y no presionarse ante la superación de las dificultades. Darse tiempo, y valorarse por los aspectos positivos que tenemos es una buena estrategia para comenzar a aceptar que no somos seres perfectos, pero que aún así tenemos cosas buenas que merecen la pena.

Somos seres sociales y por lo tanto necesitamos vivir en grupo y sentirnos parte de él. Las relaciones sociales son fundamentales para un desarrollo psicológico pleno y contar con una red de apoyo social favorece la superación de las adversidades de la vida.

Compartir el ocio, las inquietudes e intereses así como preocupaciones y obligaciones con otras personas nos hacen sentirnos integrados y nos proporcionan una fuente de bienestar importante.

Cuando no contamos con las habilidades necesarias para relacionarnos con los demás esto se convierte en una doble fuente de estrés y malestar, afectando seriamente nuestra autoestima.

Las habilidades sociales (HHSS) son un conjunto de conductas, pensamientos y emociones que nos proporcionan una serie de recursos para poder enfrentarnos a las diferentes situaciones sociales de la vida cotidiana.

Contar con un repertorio adecuado de habilidades sociales aumenta nuestras probabilidades de mantener relaciones interpersonales satisfactorias. También nos ayudan a conseguir nuestros objetivos sin que los demás lo impidan, siempre desde el respeto (de manera asertiva) y nos permiten relacionarnos con otras personas para que consigamos el máximo beneficio posible y un mínimo de consecuencias negativas.

Cuando se dan déficits o falta de habilidades sociales la persona no sabe muy bien cómo responder ante la interacción social. Suele presentar dificultades en la comunicación, a la hora de mantener una conversación, pedir algo o de negarse a hacer algo.                              

La Asertividad es un indicador esencial de un buen nivel de habilidades sociales, y puede definirse como la actitud de autoafirmación y defensa de nuestros derechos personales (expresar nuestros sentimientos, preferencias, necesidades y opiniones) respetando a su vez a los demás.


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